domingo, 5 de abril de 2015


Continuando con la literatura de conventos, queremos que conozcáis a Sor Juana Inés de la Cruz,  religiosa mexicana que  tuvo gran repercusión durante la Edad Moderna, donde alcanzó gran fama no sólo por sus escritos y poemas, sino también por su forma de reivindicar la libertad  intelectual de la mujer, aunque al final de su última etapa y bajo las presiones de las altas jerarquías eclesiásticas se vio obligada  a abandonar la escritura, tuvo que desprenderse de la  gran biblioteca que tenía y de los instrumentos musicales  y astronómicos.

Su obra fue apreciada durante los siglos XVII y XVIII siendo considerada “la Décima Musa”,  su fama fue decayendo y en el S. XIX fueron muchos los críticos que hicieron comentarios despectivos de su obra. A partir del S.XX los autores le dieron una gran fama convirtiéndola en el antecedente de la mujer escritora contemporánea.

De padre español nacido  Guipúzcoa Pedro Manuel de Asbaje y Vargas, perteneciente a la baja nobleza  y su madre también española, Isabel Ramírez de Santillana de familia de hidalgos y que emigraron a las colonias para buscar nuevas oportunidades

Juana Inés nació el 12 de Noviembre de 1648, en San Miguel Nepantla en lo que hoy es Nuevo México. Ya desde niña mostró más interés  por las letras que por jugar, aprendiendo a leer a muy temprana edad, supo de la existencia  de la universidad en México y pidió que la cortaran el pelo como un chico para poder acudir a estudiar ciencias, se empieza a perfilar el carácter de Juana Inés, en una sociedad en la que el estudio no les estaba permitido a la mujer, pero no solo sería el interés por el estudio el hecho de que quisiera ser varón para poder estudiar sino que su infancia, al morir su padre, su abuelo y su madre tuviera un hijo varón,  ella es desplaza del ambiente familiar a casa de unos familiares en México  influye en querer ser ella varón para poder tener unos derechos que no le habían sido dados.

El primer poema lo escribió con ocho años de edad y fue publicado por el investigador Augusto Vallejo de Villa en el Periódico la Jornada México 8 de agosto de 2001.

En México, en 1664 entabla amistad con los representantes de la Corona Española, Antonio Sebastián de Toledo y su mujer Dña. Leonor Carreto, grandes conocedores de las letras, entre ambas  mujeres surgió  una gran amistad, y que Octavio Paz en su libro “Sor Juana Inés de la Cruz ó las Trampas de la Fé” habla de esta amistad como de platónica. Juana Inés convivió con los Virreyes hasta los veinte años. Mujer inteligente, tuvo que decidir entre el matrimonio ó el convento, no poseía devoción eclesiástica y venía de una familia pobre que no tenía dote para un matrimonio, por lo cual la decisión que tomó fue la del convento, no por desengaños amorosos ni por devoción sino  que la  verdadera finalidad de tal elección  fue la libertad de pensamiento, en una época en la que el conocimiento era destinado a los hombres.

Después de profesar con las Jerónimas, Juana Inés seguirá manteniendo sus amistades con los Virreyes y sobre todo con Dña. María Luisa de Lara y Gonzaga que será inspiración de muchos de los poemas de Sor Juana Inés, recibiendo muchas críticas y conjeturas ya que esta amistad se convirtió en el eje de la vida de Juana Inés.

Sor Juana Inés dejó escrito alrededor de 211 obras escritas profanas y 267 obras religiosas, lo que quiere decir que se mantuvo al día en las relaciones  de amistad fuera del convento.

Juana Inés decide romper con su confesor por la persecución a la que se ve sometida y a la censura de sus libros, su confesor Antonio Núñez de Miranda, pertenecía a la inquisición y era el que revisaba todos los libros, los confesores controlaban a las religiosas en materia espiritual, Juana Inés no solo se revela contra el confesor que no la deja escribir y la dice que descuida sus obligaciones espirituales, sino que es una revelación contra el mismo hombre, que es el que controla el poder eclesiástico. Juana Inés es considera un peligro por la influencia que tiene con el poder político y el poder eclesiástico lo ve como una amenaza.

El obispo Manuel Fernández de Santa Cruz, publica una crítica que hace Sor Juana Inés a las tesis del Jesuita Antonio Vieira y que titulará “Carta Atenagórica”,  bajo el seudónimo de Sor Filotea .El obispo le aconseja que se deje de escribir opiniones mundanas y se dedique a las obligaciones de la liturgia, en respuesta, Juana Inés contestará con “Respuesta a Sor Filotea de la Cruz” donde hará una defensa de la educación de la mujer y su labor intelectual.

Los últimos años de su vida, marcada por los acontecimientos sociales, el hambre, las enfermedades y coincidiendo con la publicación de la Carta del Obispo de Puebla, en la que no la prohíbe que deje de escribir poesía, sino que debe dedicarse a la obediencia a Dios y a escribir temas religiosos, decide vender su biblioteca y deshacerse de los instrumentos astronómicos y musicales para ayudar a los pobres. Sor Juana Inés de la Cruz falleció como consecuencia de la peste el 17 de abril de 1695.

Mujer, Escritora y Monja del Barroco, de gran inteligencia que  defendió sus ideas y pensamientos en un mundo de hombres.
Os dejamos el enlace de una película sobre los últimos años de la vida de  Sor Juana Inés, por si os apetece verla. El título de la película es "Yo  la Peor de Todas"

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